viernes, 25 de enero de 2008

Y otra vez Nueva York

Érase una vez...

una semana santa solita en casa, con los múltiples canales de televisión como única compañía. ¿Qué hay de comer? Estofado.
¿Qué ponen en la tele? No lo sé.
Zapeando... zapeando... Y el cápitulo se llamaba "tal como soy"; cuarta temporada - capítulo número 2. Y así fue como me enganché.

Mucha gente con la que he hablado (sobretodo hombres) me han comentado que es superficial, que ellas son unas zorronas y que pierdo mucho como persona viendo esta clase de series de televisión. Solo decirles: ¡¡que les jodan!!
Ojalá muchos de éstos se hubiesen puesto esta serie alguna vez y habrían descubierto un montón de cosas en las que fallaban. Seguro que sabrían el significado exacto de un "don palomino" y lo mucho que nos molesta a las mujeres, que hay que limpiarse la boca antes de besarnos, que no pueden evitar que nos guste ir de compras, lo que significa esperar una llamada y por supuesto hacer demasiadas llamadas... el sufrimiento que conlleva depilarse, el por qué a algunas nos gusta estar arreglándonos durante una hora antes de salir de casa y el por qué vamos juntas al baño.
Son solo pequeños ejemplos. Serán superficiales, zorronas y yo perderé mucho como persona; pero he aprendido, me he reído y me he sentido identificada; así que supongo que muchas mentiras no dirán.
Muchas de las cosas están llevadas hasta el extremo, pero puede que sea necesario si queremos darnos cuenta de muchas verdades.

Hay otra oportunidad... y yo no me la pienso perder.

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