lunes, 25 de julio de 2011

Esperando su regreso

Hace casi un año que hablé por primera vez de Florence + the Machine. Aunque su primer y único trabajo fue editado en el 2009, creo que es el mejor disco que he escuchado en 2010.

Ante la necesidad de escuchar canciones nuevas de esta mujer, me he liado a buscar conciertitos por internet y he re-descubierto esta MARAVILLA de actuación que se llevó a cabo el año pasado en el Festival de Glastonbury. En ella, Florence interpretó algunas de sus canciones más famosas (buscad la que pertenece a "Dog Days are Over" y veréis como la cantante no puede aguantarse las ganas de llorar y su exquisita forma de celebrarlo) y algunas versiones de otros artistas como Fleetwood Mac.

Pongo aquí la fabulosa versión de "Rabbit Heart" y de su aportación al mundo de los cover con "The Chain" y "Strangeness and charm"... IMPRESIONANTE... a fé que sí.






domingo, 24 de julio de 2011

Espejos


Hace escasamente una hora, mi espejo favorito se ha roto. Tenía ese espejo desde hacía veinte años. Venía en un estuche de maquillaje, era de color rojo, redondo, perfecto. Se ha caído del lavabo y se ha hecho añicos. Mi padre ha venido a ver qué había pasado ante tal estruendo y al ver que era solo un espejo se ha retirado casi al momento añadiendo un "ten cuidado al recogerlo, no te vayas a cortar". Yo sin embargo, me he quedado sentada en la taza del water mirándolo durante unos cuantos minutos.

En seguida, ha venido a mi cabeza el momento en el que me lo regalaron, la de viajes que hemos compartido juntos, la de veces que me he mirado las imperfecciones de la piel, los pelos que no deberían de estar ahí, la perfecta raya de ojos conseguida... y he descubierto que ese espejo sabía todos mis horribles secretos, pero también a veces me aportaba una visión casi perfecta de mi aspecto. Era el primero en verme por la mañana, él último en mirarme por la noche. Y ahora parece que nos hemos despedido. Yo desde mi asiento y él desde el suelo, con la cara desfigurada.

Y todo ello acompañado de "back to black" de Amy Winehouse; la chica de 27 años que nos dejó ayer. Tenía el pelo negro, cardado y los ojos pintados con una enorme raya negra. Era una mujer de delgados brazos, de piernas con tacones, de faltas de leopardo y de horrible dentadura. Pero también era la mujer que subía al escenario tropezándose, la que acusaron de no saberse sus propias letras, la que bebía, fumaba y se drogaba. La que parecía meter el centro de rehabilitación en el neceser de la maleta... junto a, posiblemente, un espejo parecido al mío.

Puede que Amy, también se dedicase en algún momento del día, a observarse en su propio espejo redondo, rojo y perfecto. Puede que él, al igual que el mío, supiese realmente por qué Amy se comportaba así o, mejor dicho, cómo se sentía Amy para hacer lo que hacía. Tengo razones para pensar que Amy se sentía triste y desgraciada. Sola en un mundo repleto de fans y de flashes de fotógrafos. Puede que su espejo no fuese tan bueno como el mío y nunca le dejase ver la belleza más escondida que ella tenía. Porque Amy era bella a pesar de todo. Era bella porque podía crear y transmitir, era bella porque podía cantar dos discos que nunca serán olvidados.

¿Y qué fue entonces de esa relación tan parecida a la mía? Hoy, yo observaba como mi espejo me miraba desde el fondo, tumbado en el suelo, con la cara hecha añicos... Ayer, puede que el espejo de Amy llorase, mientras observaba la bella cara que él sabía que ella tenía, tendida en el suelo de su casa de Londres.


viernes, 22 de julio de 2011

El canto de los extraterrestres


La primera vez que escuché a U2 no llegaba a los... 7 años.
Mi tío Manolo se había trasladado a vivir a Alicante y allí que fuimos 6 personas en un coche de 5 plazas (un BX blanco, ese tipo de coches que ya no se fabrican... de esos que duran y duran... de esos con suspensión asistida)
Con la ayuda del radiocassete, avanzábamos por la carretera de Valencia hacia un par de semanas de piscina y playa. Mientras, un disco:

1993 - U2 - "Zooropa"


Este, junto con el incomprendido "Pop", el primer disco que conocí del grupo irlandés. Me gustan todas las canciones, absolutamente TODAS, y es por esto por lo que para mí, es de lo mejor que tiene esta gente.

Recuerdo perfectamente como mi hermana, al poner la cinta ya cayendo la tarde, me dijo "¡escucha la primera canción! Es como si cantasen extraterrestres" y justo esta frase bastó para que yo no me apartase de los altavoces, haciendo oídos sordos a las conversaciones que circulaban entre los asientos del automóvil.

Creo que aproximadamente una vez cada mes y medio tengo que escuchar "Stay", porque los 5 primeros segundos aparecen en mi cabeza... y hasta que no me pongo los cascos, no soy capaz de "escuchar" otra cosa. Con ya mi conocida afición a la música electrónica, es natural que "Numb" y "Lemon" sean las canciones que estaba deseando que llegasen. Resulta realmente gratificante "aguantar" toda la cinta hasta que vuelves a oír el comienzo. "Y pon... rebobina hasta la del limón"

Destaco el tema interpretado por Johnny Cash, el estribillo de "Dirty Day" y la gran desventaja: que solo sean 10 temas los que completan el disco. Si alguien quiere oír algo parecido, que escuche el anterior, "Achtung Baby", considerado el primer hermano gemelo de éste.

martes, 19 de julio de 2011

Un llamamiento a la esperanza

Entre tantas subidas y bajadas de bolsas, tantos políticos que se mueven dando círculos, tanto joven (y no tan joven) manifestándose por tener un futuro y no una mierda pinchada en un palo (prestado)... parece que alguien quiere abrazarnos y darnos un poco de esperanza.

Ya hace bastante tiempo que fui a ver la última película de Woody Allen y todavía me meto como una loca en los enlaces de periódicos o páginas web que hablan de ella. Y es que la película, aunque parece hecha para culturetas literarios, no hace más que provocarnos un suspiro, darnos una palmadita en la espalda y susurrarnos al oído un "¡ánimo!" tan necesario en estos tiempos de crisis.



Lamento que las personas se sitúen ante la cartelera y pronuncien la típica frase de "yo no voy a ver una película de Woody Allen". Mi pregunta entonces es: "¿por qué?", bueno, mejor dicho: "¿¡¡POR QUÉ!!?" No se dan cuenta de que están perdiendo la maravillosa oportunidad de salir de nuevo a la calle con consuelo en su corazón, no con una amplia sonrisa al estilo salida-del-cine-después-de-ver-Amelie, pero sí con una esperanza, unas ganas de disfrutar del mundo que nos ha tocado vivir; porque a pesar de crisis, de política, del paro, del desconcierto, la dejadez y la amargura, hay cosas bonitas y maravillosas que son propias de nosotros mismos y que nadie más va a tener.

Así que por favor, puede que ustedes vayan obligados al cine a ver "otra de Woody Allen", pero ruego que por lo menos, no quiten la oportunidad de sentir esa esperanza de la que hablo a la pareja que les acompaña.