viernes, 9 de octubre de 2009

El círculo parisino

El día de hoy me ha sorprendido mucho culturalmente hablando.
Ha sido, como tantas otras veces, un círculo que ha empezado a las 11:15 de la mañana y que curiosamente se ha cerrado a las 23:15.

Todo ha empezado en la clase de Arte Contemporáneo, cuando nuestro profesor ha dicho "hoy toca el Art Nouveau". La clase ha sido impresionante. Las entradas del metro de París, Viena, Bruselas, el interior de una casa con una fachada vulgar, Klimt, Muncha (nadie sabe lo que me he arrepentido de no haber ido a la exposición del año pasado que se hizo sobre el artista en Madrid),...
Un paso intermedio: cuando he recibido un e-mail de una amiga que está de Erasmus en París... Otra vez esas líneas ausentes de rectitud han volado sobre mi cabeza.
Hora de la cena: informan en las noticias de que hoy se estrena la película "París".

Y el último paso por ese círculo a venido después de cenar:

Ya he puesto alguna canción de Erik Satie en los OrangeMusic.

Concretamente fue "Gymnopedie nº1" y conté que conocía la obra pero no el título y el autor... gracias a mi amiga, la pianista del mar, pude descubrir quién se escondía tras sus notas y esa soledad que desprendían los sonidos.

Finalmente, viendo el trailer de la película de las noticias, otra vez ese sonido inquietante. Buscando he vuelto a encontrar a ese Erik Satie que una vez me costó tanto encontrar. El resultado ha sido "Gnossienne nº1" y esta vez el sonido me ha recordado a que cuando era pequeña, ponía música en el reproductor y me imaginaba una historia que corría alrededor de los sonidos.

Buscando información sobre él he visto que era parisino y contemporáneo de ese Art Nouveau que con tanto detalle me han hablado hoy (y del que espero que me sigan enseñando cosas en clases sucesivas) y no me ha extrañado nada colocar la música de este hombre al lado de una estación de metro parisina de principios del siglo XX. Una coincidencia más... el círculo se ha cerrado.

No sé por qué... pero las primeras notas me hacen imaginarme una niña, con abrigo negro y boina, corriendo por una plaza de baldosas grises, intentando apartar las hojas marrones de los árboles que se han caído al suelo por la llegada del otoño. ¿París? Puede... aunque no sé todavía como sigue la historia.


1 comentario:

Ana Campoy dijo...

El Art Nouveau me hace transportarme a esa época maravillosa de la bohemia en la que las utopías aún podían ser realidades y el arte era toda una aventura.

No hay película ambientada en esa época que no me haga sentirme abrigada, como embutida en la calidez de un abrigo confortable.

A veces me gusta imaginar cómo eran los lugares en aquellos tiempos, y qué perfiles dibujarían las ciudades y sus gentes.