martes, 4 de enero de 2011

Creo que NO se me está yendo la olla


¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!

Ya ha empezado oficialmente el 2011. Eso significa que es un nuevo año, con los clásicos nuevos propósitos y una nueva década. Ya hemos tenido un eclipse de Sol y una nueva clase de Yoga. Y llegados a este punto yo tengo que explotar y recopilar datos para hacer un resumen aquí, porque muy señores míos, creo, que me estoy volviendo yogui.

Ya he hablado de mi experiencia con el Yoga no hace mucho y desde entonces se han ido sucediendo más clases y he ido ampliando mis conocimientos gracias a la experiencia. Lo primero que puedo decir es que solamente he obtenido beneficios y un único problema (que desvelaré al final, ¡¡Chan chan!!) Por supuesto, todo lo que digo a continuación puede entrar a debate.

Empecemos con los beneficios.

Para empezar he descubierto que el Yoga, a parte de un deporte, se le puede considerar una filosofía de vida. El practicante de Yoga (también llamado yogui) no solo hace una serie de estiramientos para mantener su cuerpo en forma, sino también lleva metido en su ser un concepto muy particular de la vida. Durante los 15 primeros minutos de mis clases he ido adquiriendo una serie de ideas que dan qué pensar y que además me han servido en mi vida diaria... y ¡oh, sí! me han hecho mas feliz.

Para empezar, cada uno es como es. Primer principio fundamental: aceptarte como eres, con tus limitaciones. El yoga se practica con los ojos cerrados porque no hace falta que mires a tu compañero. No importa que tu compañero llegue más lejos que tu en los estiramientos. Si tu solo llegas hasta ahí... pues acéptalo. Ya llegarás mas lejos la próxima vez. Con un poco de trabajo, al final se consigue.

Segunda lección: "cuando aprendas a aceptar en lugar de esperar, te llevarás menos decepciones" La cosa es complicada de entender, pero en cierto modo lleva razón. Se supone que si aceptas las cosas tal y como vienen, al final terminas siendo más feliz. Lo que nos lleva a la

Tercera lección: "CORAJE para las cosas que quieres cambiar y que se pueden cambiar y SERENIDAD para las que no podemos." Con esto se demuestra que el Yoga no es una filosofía pasiva, ya que anima a que luches por las cosas que quieres cambiar en tu vida y que es posible cambiarlas y (aplicando la segunda lección) aceptes con serenidad esas cosas que no pueden ser cambiadas.

Cuarta lección: "elimina drásticamente tus apegos hacia las personas y las cosas" Y aquí yo dije "¡¡un momento!! ¿Qué es esto? ¿Esto no es acaso falta de Humanidad? Si no hay apego, no hay pasión por luchar por la gente. Yo tengo apego por ejemplo por mis padres" A lo que mi gurú me responde: "tu no debes de tener apego por nada ni nadie. El apego te impide continuar. Tu tienes cariño, amor, hacia tus padres. Pero como bien sabes, si tus padres fallecen sigues adelante. Nada te tiene que impedir que tu sigas con tu vida si esa cosa desaparece"

Después de esto y de otros muchos detalles de las clases que guardo para mi, he descubierto que tengo un poco más de paz con mi vida diaria. No es que haya dejado de tener problemas, ni que haya encontrado de repente un coraje fuera de lo normal que me haga lanzarme al vacío sin que me importen las consecuencias; simplemente he entrado en un estado un poco de "a ver cómo van llegando las cosas y ya iremos capeando el temporal si es que éste llega" Y la verdad... descubro que por primera vez tengo más ganas de vivir el día a día que de preocuparme del futuro.

Y aquí llegó el gran momento. El momento en el que desvelo cual es el mayor problema del Yoga. No es más que últimamente tengo el impulso de meterme en todas las tiendas de Natura que veo por la calle y de sustituir mi negro habitual por los colores del arco iris. Y con esto pues el bolsillo se resiente y la puntualidad de llegar a los sitios, ya que ¡no puedes evitarlo! ¡Hay un Natura delante de ti! Vaya tontería ¿verdad? Pero ¡creedme! Es un problema

La siguiente lección será desarrollada en la clase de la semana que viene. Pero puedo ir adelantando su enunciado: "nosotros mismos no somos medias naranjas, somos naranjas enteras" Promete ¿verdad?

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