jueves, 22 de septiembre de 2011

Con 10 años de retraso


Tenía 15 años cuando mi madre me mandó IMPERATIVAMENTE a la cama una noche de domingo. Bajo la excusa de que al día siguiente tenía que madrugar y que "esta película me parece demasiado violenta para ti", subí las escaleras resignada y acabé sentada en mi cama, cagándome en toda la ética existente contra la visualización de sangre y disparos en una película. Pero si ya había visto Terminator 2 ¿qué leches me estaba contando?

Al día siguiente, mi madre se levantó y su comentario fue "¡lo que te perdiste ayer! ¡Cómo moló la película!". En ese momento, la odié... imperativamente.

Con el transcurso de los años, cada vez que se visualizaba alguna escena o imagen de "Abierto hasta el amanecer" mi madre comentaba un "¡Cómo mola esa película!" y yo volvía a odiarla desde mi asiento.

Sin embargo, el domingo pasado, yo, como el ave fénix, resurgí de mis cenizas. A las 22 horas se proyectaba en mi televisor la película e IMPERATIVAMENTE exigí su visualización. Esta vez no me iban a engañar.

Como era de esperar, no me defraudó. Me pareció absolutamente divertida, violenta, ácida y fantástica. Bestia, original y con un maravilloso reparto. Un recién estrenadito en el cine George Clooney, un freak-de-horrible-corte-de-pelo Tarantino y una "niña-mujer" Juliette Lewis. Sin olvidar a Harvey Keitel y el personaje de Salma Hayek que le dio la fama (no sé por qué, pero creo que la chica se estrenó como monumento sexual y a mi todavía sigue sin parecérmelo)


Lo malo de todo esto es que debido a los 10 años de retraso que llevo, ha habido tiempo para que me hablasen de la película y para enterarme de todas las sorpresas que contiene. Si en su día, me hubiesen dejado verla, supongo que lo habría flipado más. Aún así, entiendo por qué es considerada un clásico.

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