domingo, 26 de septiembre de 2010

Caballeros y Princesas


Hoy he visto "El tigre y la nieve", una película de Roberto Benigni. En ella, un loco enamorado recorre medio mundo para intentar salvar a su princesa.

Durante el viaje, un poeta amigo suyo (interpretado por el siempre magnífico Jean Reno) le presenta a un farmaceutico irakí que le puede dar la clave para salvar a su amada. Antes de presentárselo le cuenta que es un antiguo amigo de la familia y hay que tratarle con respeto. El farmaceutico es un noble.

El loco enamorado le pregunta qué ha hecho para merecer esa distinción. Entonces el poeta le cuenta que el farmaceutico partió a la guerra y al volver descubrió que su mujer había cogido la viruela y su cara había quedado completamente desfigurada. Fue en ese momento cuando el hombre fingió haberse quedado ciego para evitar el dolor a su mujer. Y no fue hasta la muerte de su esposa (15 años después) cuando declaró que todos esos años había estado fingiendo. Es por eso por lo que en la familia del poeta se consideró que aquel hombre merecía la distinción de noble, de auténtico caballero.

Es en momentos como este en el que me acuerdo de aquella entrada que escribí una vez sobre la definición del hombre. ¿Qué distingue a un niño de un chico? ¿Qué distingue al chico del joven? ¿Qué distingue al joven del hombre? Y lo más importante ¿qué distingue a un hombre de un caballero?

Se abre el turno de debate.


2 comentarios:

Adri dijo...

La respuesta a esas preguntas no parece fácil, ya que probablemente cada cual tenga su propia opinión. A lo mejor se puede decir de forma abstracta que la diferencia radica en la actitud ante las situaciones que se le presenten. Eso sí, la discordia surgirá al definir cual es esa actitud que define a un niño, a un joven, a un hombre y a un caballero.

Ana Campoy dijo...

¡No me habías dicho que la habías visto!
Maravillosa.