martes, 13 de julio de 2010

El mejor concierto de mi vida - Devendra Banhart


¿Qué puedo decir de un concierto en el que las palabras se quedan cortas para describirlo?

He ido a varios conciertos en mi vida y de ellos he salido absolutamente contenta, maravillada, alucinada... De este he salido literalmente emocionada y con unas ganas renovadas de vivir increíbles. Creo que cuando salí de allí, directamente brillaba, cosa que nunca me había pasado. Ahora entenderéis el por qué.

Para empezar, me situé en primera fila. Muchas veces tenía que retirar mi bolso si quería que no me lo pisase Devendra al pasar.

Apareció con el pelo cortísimo y vestido de rojo y amarillo. Tengo que decir que me pareció increíblemente guapo y me llamaron mucho la atención sus ojos. Nunca creí que fuesen tan expresivos. Fue un concierto muy íntimo. Parecía que estuviésemos un grupo de amigos, en el salón de casa, cantando canciones de toda la vida. Devendra hizo bromas, improvisó y sintió cada canción.

La interpretación de "Seahorse" (mi canción favorita de él) fue espectacular. Para los no entendidos "Seahorse" significa "caballito de mar" y Devendra aprovechó para teñir el escenario completamente de azul, por lo que así nos sumergíamos mejor en la melodía y en la improvisación que se marcó el guitarrista.

Me enamoró la canción, que hasta entonces no había escuchado, "It's a sight to behold" y especialmente los momentos en lo que cantaba:

Love it would be much better
I know

El gran momento fue cuando Devendra preguntó si alguien del público había compuesto una canción y quería subirse al escenario para cantarla. Ni corto ni perezoso, el chico que tenía al lado, se subió al escenario, sacó un papel y agarró la guitarra de Devendra. Ricardo aseguró haber compuesto la canción la tarde anterior. Sacó su púa verde del bolsillo, dijo que "aquello acojonaba mucho" y comenzó a tocar. La sala empezó a corear su nombre y Devendra y compañía agarraron los instrumentos para hacerle el acompañamiento.


Ricardo: lo hiciste muy bien y ya sabes que la próxima vez ni tu ni yo vamos solos a ver a Devendra.

La penúltima canción fue "Carmensita". Si la noche había empezado bien, ahora ya había alcanzado el nivel de mágica.

Y por último...

Pues gracias a Ricardo y un poco de descaro logré colarme en el backstage. Sí, gente... sí... hablé con Devendra, le di dos besos, me firmó la entrada, le regaló "Carmensita" a mi hermana, le hizo una composición artística en el "setlist" (robado previamente del suelo del escenario) y me fui de allí como en una nube.


Salí por la puerta de atrás y aparecí en la calle Arenal. Y allí me esperaba el mundo exterior, la noche, las luces de Madrid, un paseo larguísimo y... la vida, al fin y al cabo.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias a los dos por ese magnífico regalo. A Devendra por su generosidad y a ti por conseguirlo. "Carmensita" será tratada entre algodones. Espero poder devolveros el honor.

Adrovsky dijo...

Me ha encantado la entrada: debió ser una noche estupenda! :)