- ¿Cuál es la palabra más importante que una persona siempre debe de tener dentro? Pista: tiene que ver con un sentimiento.
Algunos nos hemos mirado con cara cómplice diciendo "esta me la sé". Por la sala han rodado palabras como "amor", "empatía" y por supuesto "felicidad" (aportación realizada por una servidora)
- Pues no... a parte de todo eso... es la palabra "ilusión"; porque es lo que nos mueve a hacer las cosas, a seguir adelante con nuestra vida.
Al salir de clase, C y yo nos hemos ido al vestuario y siendo las 22:10 de la noche, la verdad es que mucha gente no queda por allí. C tiene la costumbre de dejar sus cosas en las taquillas que dan a la parte más baja y sin importarle lo mas mínimo, se sienta de tal forma que lo único que hay entre su trasero y el suelo es su propia toalla. Se queda ahí, con las piernas cruzadas, mientras saca de la taquilla el champú y el peine.
- Hoy casi lloro en clase - dice al vacío y yo me detengo en mis movimientos de ponerme los vaqueros.
En ese momento recapacito y me doy cuenta de que no soy la única que muchas veces siente lo mismo en clase. La dejo hablar sin quitarle la mirada de encima.
- Es que yo no sé... pero esta mujer, parece que es bruja. Siempre nos habla de lo que ese día en concreto necesitamos oír. Y esta mañana lo he pensado, que lo que falta en mi vida es ilusión.
Entonces yo me siento en mi ladito del banco, ese minisitio que me dedico a pesar de que estemos solas en el resto del vestuario. Y la miro desde mi posición elevada, triste, sentada en ese suelo helado. Le comento que hoy justamente a un compañero de mi Escuela le he declarado las dos cosas que me daban ilusión en estos días y que yo también me he sorprendido ante la salida tan casual de la profesora. Y también, le pregunto que cómo es que no tiene ninguna ilusión.
- Llevo desde septiembre en paro... y llevo dos días que no soy capaz de levantarme de la cama. Porque... ¿para hacer qué? Y al fin y al cabo, nos levantamos de la cama porque hay una ilusión que nos mueve a hacerlo ¿no? Y me paso los días...
- Delante del ordenador - le digo.
- Si... y me siento...
- Inútil - completo la frase.
- ¡Exacto! No lo habría expresado mejor... y ahora... viene lo peor. Se me acaba el contrato del gimnasio esta semana. Y no sé qué hacer, porque es gastar dinero cuando no estoy produciendo ninguno. Y llevo viniendo 5 años... desde Madrid centro que es donde vivo... y es mi única razón para salir de casa todos los días.
Le he intentado decir que eso era justamente lo que no debía hacer. No debía desapuntarse. Lo que debía hacer era apretarse el cinturón para seguir viniendo... porque al fin y al cabo sí que había una ilusión, tenía el Tai-Chi, las coreografías de Danza del Vientre, Bollywood... pero también tenía a V, a P y a mí. Y entonces ha sonreído... y ha dicho que sí... que esa era su ilusión.
Sí... supongo que para querer seguir adelante, hace falta una ilusión. Y lo que hay que hacer es buscarla. A veces nos creamos ilusiones y nos las arrebatan de un plumazo. Entonces, lo que hay que hacer es... buscarse otras nuevas que incluso ni nosotros sabíamos que podrían llegar a ser.
Tengo la ilusión de que dentro de una semana pueda ver a C sentada con su trasero en pleno suelo y sacando las cosas de su taquilla. Supongo que es una nueva ilusión que me animará a que esté deseando que llegue el martes. ¿Y tu? ¿Cuál es tu ilusión?